A lo largo de la península ibérica podemos encontrar distintas especies de tortugas que forman parte de la fauna autóctona.
Estas especies son la tortuga leprosa, la mora, la mediterránea y el galápago europeo. Como veremos a continuación, cada una de ellas tiene sus propias características particulares.
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Especies de tortugas ibéricas casi amenazadas
En esta categoría, donde se incluyen especies animales necesitan medidas de conservación para prevenir que entren las categorías de especies amenazas, podemos encontrar en la península dos especies distintas.
Galápago europeo (Emys orbicularis)
Muy extendido por buena parte del centro y sur de Europa y las zonas limítrofes con Asia y Africa. Pese a esta gran distribución geográfica, su población ha ido menguando con el tiempo y en algunos países como Reino Unido ha llegado a desaparecer.
Es una tortuga de mas bien mediana que puede alcanzar los 48 cm de longitud y se ha determinado que un factor determinante para su crecimiento es la temperatura de su entorno.
El caparazón es marrón verdoso con algún toque amarillo y, igual que ocurria con la especie anterior los machos son de menor tamaño.
Tortuga mediterránea (Testudo hermanni)
Esta especie se encuentra localizada en el sur de Europa. Se trata de una especie catalogada como CITES II. Esto quiere decir que la cría y comercio de ejemplares en cautiverio está regulada, pero la captura de ejemplares salvajes está totalmente prohibida.
En España podemos encontrar únicamente la subespecie nominal (hermanni hermanni), que también presenta un fenotipo único de la zona con un color de caparazón amarillo ligeramente dorado con manchas oscuras, una piel en tonos grises en la cabeza, parada en las patas y una característica mancha amarilla en el ojo. El tamaño de los especímenes de la zona alcanza los 20 cm en el caso de las hembras y 17 cm en los machos.
Especies de tortugas vulnerables en España
Las dos últimas especies, están especialmente protegidas por diversas directivas internacionales y convenciones. Por fortuna, todavía no se han catalogado en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) como especies en peligro de extinción.
Tortuga leprosa (Mauremys leprosa)
Se trata la especie más común del territorio español, pese a que ha de enfrentar diversas amenazas como la captura indiscriminada, la destrucción de su hábitat o la invasión de especies tropicales como el galápago de florida.
Se trata de una tortuga que pasa la gran mayoría de su tiempo en el agua y son excelentes nadadoras. Solo salen de forma ocasional porque necesitan tomar el sol, no olvidemos que son animales de sangre fría.
Su caparazón es bastante plano, de color marrón o verde parduzco y el plastrón es de color amarillo. Las hembras son de mayor tamaño que los machos.
Tortuga mora (Testudo graeca)
Esta es la otra especie vulnerable de la lista. Pueden encontrarse ejemplares en regiones muy concretas de hasta tres continentes: Europa, Asia y África. En este último, donde se cree que está el origen de la especie, se han encontrado fósiles de has 150.000 años de antigüedad.
En España solo existen tres poblaciones, de la subespecie Testudo graeca graeca concretamente. Tenemos, por tanto, dos poblaciones peninsulares: Una en Murcia y el norte de Almería y la otra en Andalucía, en el parque de Doñana. La tercera población se encuentra en Calviá en la parte occidental de Mallorca.
Su nombre científico se debe no a su origen griego, sino a la similitud de la disposición de las placas del caparazón con los clásicos mosaicos de este país.
Se trata de un animal con una vista excelente y un gran sentido de la orientación. Su alimentación es herbívora, esencialmente vegetales y hortalizas. Como ocurre en las especies anteriores los machos son más pequeños y tienen el plastrón cóncavo.